"Ríe con cautela, le sobra experiencia.
Así como Hannah, ella alza su vista y le toma la mano.
Vuelve a creer en los ideales. La vida se torna justa en el horizonte"

sábado, 27 de marzo de 2010

Hay risas

El abuelo y su nuevo aparatito musical. Es un regalo de su ahijado, digital, de los nuevos. Con sus piernas tiritonas acarrea el pisito para instalarse.
Se ha sentado en las afueras de la casa a contemplar toda la cuadra. Le sonríe a la gente. A las muchachas buenas mozas les piropea. Ya lo conocen, coqueto, viejo zorro. Las arrugas le otorgan sombra a su cara bonachona, panorama injusto a la alegre juventud que demuestra, lo que no significa que no esté cansado. Son años de historia, abuelo. Calvicie otorga, hace memoria.
Isidora que se acerca para mostrarle su peluche nuevo. Juega un ratito cerca y dibuja con tizas en la acera. El viejo que mira. El viejo que le sonríe. La niña se marcha, la tarde que se disipa.
Hay una canción que le sigue dando vueltas en la cabeza. La música cargada en el aparatito se repite, es sólo una y a su vez es suficiente. Se acuerda de su vieja y de los hijos y se contenta con recordar que cada uno emprendió su mejor camino. Parte del legado que construyó con orgullo y que hoy le relaja tranquilo. Levantarse del pisito se convierte en un baile y dos saltos posteriores le convierten en un maestro del luche dibujado en la vereda. Las buenas noches a la calle y el viento que le quiere volar el gorro. Temple de anciano en respuesta, sujeta con coraje de mártir la prenda y emprende el camino de regreso. Algunos días más largos y otros que le regalan brevedad y descanso. Ese letargo que busca calmo y con disposición paciente. Los sueños que lo acogen y los sueños que lo terminan.
Cantando, "si a veces estoy triste mi derecho a llorar, te lo sacrifiqué. Pero ante ti existo, gano el premio mayor. Cada noche nacer."
Hay risas.

jueves, 18 de marzo de 2010

Añoranza de aquellas


Las memorias quedan y olvidar es un lujo imposible de entregar.
El contraste exquisito de la experiencia.
Se sienta a esperar.
Espera volver a encandilarte.