"Sibila, ¡¡perturbas la existencia de las almas en desdicha!!
No te cansas de inspirar el miedo en tu cosecha de víctimas, ¡el amor pasa siempre a un segundo plano!
¿Cómo poder enterarme de lo real de tus deseos y caprichos?
¿Cómo poder identificar el desazón de tus labios una vez que atacas?
Tan solo distinguir los sabores, ¡pero hasta eso imposibilitas!
Tu condena no acaba de ser eterna, seguirás rigiendo los placeres de la estirpe mundana, sin saber que tarde o temprano, tu castigo recaerá en mis manos, y la libertad que alguna vez protegiste en tenencia, ¡¡arrebataré de tu odiosa no existencia!!"
martes, 17 de marzo de 2009
viernes, 13 de marzo de 2009
La sed saciada
La noche reía mostrando sus dientes.
En soledad, se acompañó de la flora. Allí, una de ellas emanaba vigoroso carmín. La arrancó con decisión.
Era un hecho, ya no volvería. Había encontrado su música.
Y previo a que el sueño abatiera el vínculo, apretó con firmeza la cabeza de la rosa y bebió las últimas gotas de agua que ésta le ofrecía.
En soledad, se acompañó de la flora. Allí, una de ellas emanaba vigoroso carmín. La arrancó con decisión.
Era un hecho, ya no volvería. Había encontrado su música.
Y previo a que el sueño abatiera el vínculo, apretó con firmeza la cabeza de la rosa y bebió las últimas gotas de agua que ésta le ofrecía.
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