Un aura ajena a mis colores no hacía más que deslumbrar. Por contraste la ví. Seguí parado esperando que alguno de los dos dijera algo...y fueron esos cinco minutos de silencio suficientes.
Deseos de agarrarla del pescuezo y besarla.
Egoísmo al máximo y epicentro desmedido de los presentes.
Había mentido con consecuencias tan brutales que dejé de hacerlo, y se notaban fáciles mis engaños.
Invitarla a un helado en invierno y con lluvia presente.
Kryptonita, destruye la fantasía y mátame. Acabas de desconectarme de la realidad.




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