En ese instante deseé que me recordaras desde cada lugar que pisaras. Que se transgredieran todas las limitaciones que no permitían nuestra reunión.
Y te seguí con la mirada hasta lo más lejos, expandí mi vista hasta agotarla.
Pero pese a ello, a mis esfuerzos, a mi afán de controlarte, no pude evitar lo inevitable.
Sueña conmigo te pido, yo no he dejado de hacerlo desde ese maldito segundo básico.
lunes, 22 de febrero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario